La
convivencia escolar se define según el Ministerio de Educación como “la convivencia
en paz de los integrantes de una comunidad educativa, lo que
significa la interrelación positiva entre ellos que permite el adecuado
cumplimiento de los objetivos educativos en un clima que
favorece el desarrollo integral de los estudiantes“.
Es por tanto la capacidad de las
personas de convivir con otras en un marco de respeto mutuo, solidaridad e
igualdad.
Partiendo de la idea de que la
escuela es el medio socializador más importante para los alumnos después de su
familia y debe garantizar el desarrollo integral de todos sus alumnos, no puede
considerarse ese desarrollo al margen de capacidades como la mencionada
anteriormente.
Los alumnos pasan la mayor parte del
tiempo en la escuela y eso la convierte en el lugar perfecto para enseñarles a
convivir, transmitiendo muchos de los valores que les permiten
desenvolverse satisfactoriamente en sociedad y dotándoles de las habilidades sociales y
competencias personales necesarias para aprender a convivir juntos, que
contribuyan a su pleno proceso de desarrollo social y personal.
En este sentido, la convivencia
escolar debe estar presente en el Proyecto Educativo del centro. Se trata
de un aspecto que no se da en una materia o en un contexto sino en todos los
espacios y tiempos educativos y exige adaptación y respeto a la situación, al
espacio y tiempo en el que convivimos y a los demás.
Actualmente se trabaja desde los
temas transversales, pero creo que de una manera sutil y poco significativa
para los alumnos. Se pueden llevar a cabo actividades concretas diseñadas para
que los alumnos tomen conciencia de sí mismos y aprendan a quererse tal y como
son, comprendan que sus acciones despiertan determinados sentimientos y emociones
en los que les rodean, sepan ponerse en el lugar de los demás, escuchen, respeten,
confíen, se interrelacionen, dialoguen, se comprometan, discutan pacíficamente
y reflexionen. También es conveniente la elaboración de normas de convivencia
claras y consensuadas ya que constituyen el punto de
partida para mejorar las relaciones de convivencia entre sus miembros y
establecer pautas y mecanismos para la resolución de conflictos de una manera
positiva.
Todas estas habilidades sociales están
vacías de contenido si no se vivencian por lo que los alumnos deben ensayarlas
y ejercitarlas en el quehacer cotidiano de la escuela.
Todas
las actuaciones que se lleven a cabo para trabajar la convivencia se podrán
recoger, además de en el Proyecto Educativo ya citado, en el Plan de Acción
Tutorial, el Plan de Convivencia, el Plan de Acogida, el Plan de Atención a la
Diversidad o en Programas
específicos de prevención y resolución pacífica de conflictos, entrenamiento
en habilidades sociales, educación en valores, sensibilización, etc.
Desde mi
punto de vista creo que algo a mejorar es la importancia que se le da a los
contenidos curriculares frente al aprender a convivir en sociedad, ya que está demostrado que una
convivencia adecuada mejora el proceso de enseñanza-aprendizaje y las relaciones interpersonales
entre los diferentes colectivos responsables de su adecuada puesta en práctica
y evaluación, pues existe una relación estrecha entre el clima que existe en las escuelas y
el aprendizaje de los alumnos.
Otra idea sobre la que reflexionar es
la de que toda comunidad educativa es responsable de la calidad de la
convivencia escolar. Ésta se construye día a día con la acción coordinada
de los maestros y demás profesionales, los alumnos y las familias, con las que
compartimos la tarea conjunta de educar en ciertos valores que la sociedad
espera.
En este
sentido, algo que he vivenciado en alguno de los centros en los que he estado
es que se busca una buena convivencia entre los alumnos mientras no se está
dando entre el colegio y las familias o entre los propios compañeros. Considero
que en temas de valores el currículo oculto se debe cuidar mucho pues se
debería transmitir con el ejemplo aquello que queremos que aprendan nuestros
alumnos.
Para su puesta en práctica los
profesionales deben disponer de estrategias de mejora del clima de convivencia
en el centro y refuerzo de los cauces de comunicación, diálogo y escucha con
las familias, modelos de resolución de conflictos, formación en redes sociales
pues muchas de las situaciones de acoso escolar actuales tienen que ver con el
fácil alcance que tienen los alumnos a éstas y formación para
poder prevenir situaciones de acoso escolar que muchas veces pasan desapercibidas.
En cuanto a los recursos, están aquellos
que sirven de ayuda a los centros educativos y a los docentes para reforzar e
impulsar acciones para mejorar la convivencia y luchar contra el acoso escolar (guías
didácticas, videos de sensibilización,…), metodologías activas de innovación para
mejorar la convivencia, pautas concretas de actuación y materiales específicos
relacionados con la convivencia y con el acoso escolar o recursos para las
familias que les proporcionen información sobre aspectos relevantes
relacionados con la convivencia y el acoso escolar.
En cuanto a la metodología didáctica,
ésta determina en gran medida el clima de convivencia en los grupos por lo que
hay que atender a los agrupamientos, fomentar metodologías colaborativas y
participativas como dinámicas de grupo, aprendizaje cooperativo o asamblea,
atender las estrategias didácticas de motivación, la adecuación de las
actividades, la temporalización de las mismas,… pues son variables
metodológicas que incidirán directamente en las conductas y relaciones entre
los alumnos. Algo importante para el seguimiento de las situaciones personales
de los alumnos son las tutorías.
También es beneficioso crear
responsables de convivencia que faciliten el desarrollo de las medidas puestas
en práctica y disponer de un sistema de comunicación interno y confidencial de
alumnos con tutores o personas adultas a las que acudir.
En cuanto a las medidas organizativas no se puede olvidar la vigilancia en espacios que no sean el aula (recreos, pasillos, cambios de aula,…) ya que es donde más se dan los conflictos entre alumnos y donde creo que menos atención prestan los docentes.
En resumen, lo importante es fomentar una convivencia escolar inclusiva, participativa, solidaria, tolerante, pacífica y respetuosa, en un marco de equidad, desde el primer día de clase y no solo cuando surja un conflicto o algún contenido curricular lo sugiera y con la participación de toda la comunidad educativa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario